Hoy ya es viernes 22 de agosto y el sábado 30 cerramos el albergue. Quedan muy pocos días y tanto los chiquillos como los trabajdores nos vamos poniendo nerviosos por este final.

Hay muchas actividades organizadas, hoy habrá un grupo folclórico, una comida rica; el domingo tendremos la peña con Karaoke y sopaipillas con pebre, el miércoles una película y el sábado 30 una preciosa actividad de cierre con liturgia, testimonios, actos artísticos y diaporamas.

Los sentimientos están encontrados... por una parte es aliviador el tener menos trabajo, pero nos da mucha pena no ver más a los usuarios, no saber qué pasará con cada uno de ellos y no tener noche a noche la posibilidad de verlos, conversar, saber en qué están, cuales son sus preocupaciones y sus miedos.

No sólo a ellos los extrañaremos, sino también a los 20 trabajadores contreatados para este programa que por 3 meses han venido noche a noche a trabajar con la mejor disposición, ánimo, esfuerzo y espíritu de servicio.

Tendremos menos preocupaciones cotidianas, pero más preocupaciones de fondo...